Cuando pasen los años y ya sólo sea recuerdo
todo quedará dormido en el ayer,
serenamente cerraré los ojos
y ya nunca podrá volverse a empezar.
Cuando pasen los años, todos se ha perdido
yo seré un ensueño que pasará al recuerdo
y que llegará el olvido
y me haré más lejos en la distancia,
en el tiempo,
para nunca más volvernos a encontrar.
No eres un sueño,
no puedes serlo,
porque me miras,
porque te nombró,
entras en mi dolor
como una risa
y hace que se pierda la tristeza.
Mi fuerza antigua ya no será como antes,
pero mi corazón será el mismo,
y sentirá, palpitará como antes,
conversare con la muerte,
por perder todo lo que ha sido mío,
pero tendré la inmensa dicha
que tendrás que recordarme.
Caerá la tarde,
se cubrirá la ciudad
con el manto de la noche,
las estrellas, la brisa,
serán nuevamente testigos
que en las noches de amor
fueron todas claras,
sentimos que fuimos
verdaderamente felices.
Sentimos el deseo creciente
de darnos amor a cada instante
y sin cerrar los ojos
llegamos hasta la madrugada
para ser testigos
de una canción para la noche.
Me basta este momento,
de verte,
me basta que sabes lo que siento
y lo que llevó dentro
mis ojos no se cansan de mirarte
mi corazón de sentirte,
y a pesar de la distancia,
te tengo presente
esperando los encuentros,
en los que fuimos felices,
y seguiremos siéndolo,
Quién sabe lo que nos corresponde,
Quién puede sentir nuestra sonora ternura,
Quién sabe el riego en cada instante
que hacemos al sentir,
que llevamos por dentro,
hacemos que brille nuestro entorno,
y creamos nuestra propia melodía.
Erguido en el silencio,
comento en murmullos
lo que de ti admiro,
me siento capaz de comprenderte,
y de igual manera corresponde,
sé qué te busco y te sigo,
y llegamos a encontrarnos
para hacer uno solo,
y crear un nuevo mundo,,
a nuestra medida, y manera.
Somos cautivos de nosotros mismos,
y lanzamos el perfume
que emana de nosotros,
rompiendo las espinas
que quieren herirnos,
y somos fuertes
sin temer a los obstáculos.
Mi adiós, no es un adiós callejero,
es un adiós que me da dolor
pueden pasar tantas cosas,
y a lo único que temo
es a lo que había perdido,
el miedo a la muerte.
mi adiós no tiene un límite
se me hace insoportable esa idea
yo guardaré silencios,
que llevaré por dentro,
no se lo que puedas sentir,
experimentar, pensar
pero desde la distancia
en que me encuentre,
pensaré en ti,
con el sentir que llevó conmigo.
Mi adiós no es callejero,
se viste de tristeza,
no se por cuánto tiempo
me basta que me recuerde,
como he sido,
ni más, ni menos,
sólo a mí medida y manera.
Eres lo que queda de un agua pasada
con el olor a lluvia,
con el silencio de la noche,
ya no diría tu nombre,
eres con un puñado de polvo,
eres lo que se seré capaz de olvidar,
tal vez este sea el poema que sobre .
Que se haga ajeno
para entregarse a alguien
ya ajeno a ti como un
sin embargo te lo dedicó,
porque fuiste un sueño,
una realidad,
y yo hoy no eres nada.
Lento se hará el pecado,
de no volverte a encontrar.
Búscame en cualquiera risa loca,
en cualquier camino,
en cualquier lugar,
no pondré un pretexto,
he perdido la manera de mentir,
busco el sol que alimente la esperanza,
la noche que de fuerza a mi sentir,
quiero estar al borde de mil primaveras,
llenarme de ternura y deseo,
encontrarme a mí mismo,
y entregar lo bueno que hay en mi,
si aún hay amor, búscame,
que tal vez si pueda robarle
al tiempo una caricia,
me mostraré inocente,
y tal vez de la dedique,
según la sed que en ese instante,
pueda yo tener.
Si pudiera transformarme en pintor,
pintaría tus besos,
pintaría el aire que rosa tu piel,
pintaría un oasis,
donde tú y yo, la luna, las estrellas,
el frío de la noche,
y nuestras sombras.
Pintaría las flores más hermosas,
que abordaran nuestro pasar,
pero lo mismo en pintura o poesía,
te amé, te amo, te amaré, te amaría.
Entristecido miro el mar
las aves alzan su vuelo;
pero no tengo consuelo,
al pensar que estás lejos
miro el mar enfrascada,
y a esas aves volar,
si yo pudiera hijo mío,
cruzaría el ancho mar
quisiera ser un lucero
y en las noches al brillar,
que importa si hay distancia,
si sólo lograra poderte mirar.
Si yo pudiera ser aire,
roca, arena o algo más,
como fuera, como sea,
para poderte besar,
entristecida veo el mar,
al cielo con sus luceros,
y mirando yo a lo lejos,,
haber si puedo encontrar
tu rostro en la oscuridad,
a través de algún reflejo.
La distancia hijo querido
me duele en lo más profundo,
de noche que recurro el mundo
me transformó en pensamiento,
y cuando ya estás dormido,
entro sin caminar,
no te puedo llamar;
pero se que me presientes
me alejo
dejando en tu frente un beso.
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